Una vez más la intransigencia de las partes frente a un problema sensible, sumada a la incompetencia de un gobierno, nos lleva a una situación extrema de paralización en el acceso al santuario de Machu Picchu. Se estima que se encuentran varados unos 300 turistas en Aguas Calientes, el poblado contiguo al sitio turístico; desde ahí se han manifestado varios turistas desesperados por las condiciones en las que se encuentran, haciendo un llamado a sus embajadas para que los ayuden.
Veamos el problema de fondo que ha originado ese problema que está relacionado a la venta de los tickets de ingreso a la ciudadela inca, que primero se encargaba a la Oficina Desconcentrada del Ministerio de Cultura y desde el año pasado la venta de las entradas se encargaba al propio ministerio. El problema era la dificultad para planificar viajes con antelación, porque hay un mercado negro que “supuestamente” soluciona el problema de las entradas a cambio de pagos onerosos.
En este tráfico de entradas estaban muy bien acomodadas algunas agencias de viaje, que manejaban las entradas a Machu Picchu. Por eso se entiende que se ha querido sincerar el ingreso y registrar toda la información de la venta de las entradas, utilizando un servicio de tercerización para la venta, siendo la empresa Joinnus la encargada. Precisemos es tercerización, no privatización, como han pretendido difundir algunos trasnochados.Veamos el problema de fondo que ha originado ese problema que está relacionado a la venta de los tickets de ingreso a la ciudadela inca, que primero se encargaba a la Oficina Desconcentrada del Ministerio de Cultura y desde el año pasado la venta de las entradas se encargaba al propio ministerio. El problema era la dificultad para planificar viajes con antelación, porque hay un mercado negro que “supuestamente” soluciona el problema de las entradas a cambio de pagos onerosos.
En este tráfico de entradas estaban muy bien acomodadas algunas agencias de viaje, que manejaban las entradas a Machu Picchu. Por eso se entiende que se ha querido sincerar el ingreso y registrar toda la información de la venta de las entradas, utilizando un servicio de tercerización para la venta, siendo la empresa Joinnus la encargada. Precisemos es tercerización, no privatización, como han pretendido difundir algunos trasnochados.
El problema es mucho mayor a la protesta que se ha generado, porque justamente ha sido la incapacidad de diferentes gobiernos la que ha permitido este ambiente de codicia en torno al centro turístico. En Cusco se sabe muy bien del otro problema, el monopolio que tiene CONSETTUR, que se encarga de trasladar a los turistas en buses antiguos y con un servicio pésimo y nadie dice nada. Y si hablamos del monopolio, recordemos también al que ha tenido y aún mantiene el servicio de tren de Cusco a Aguas Calientes. Ahí vamos a tocar más carne y seguro que se va a poner saltón el alcalde de Lima, que podría explicarnos bien el misterio del capital que hoy ostenta.
Son estas distorsiones del mercado que el cusqueño conoce muy bien y también los turistas nacionales, que hemos sufrido las penurias y discriminaciones para visitar Machu Picchu y por eso es la sensibilidad que está a flor de piel y hoy se manifiestan bloqueando el acceso, perjudicándonos a todos.
Columnista Diario Perú 21
Foto: Andina
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