Julio Velarde, el arquitecto de la fortaleza económica de Perú

Por Ubaldo Alvarez A ||

Al ver los resultados económicos que nos ofrece el primer semestre de 2025, no puedo evitar sentirme optimista, aunque la realidad política y social de nuestro país aún sigue siendo un caos. Las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Perú han alcanzado un hito histórico de US$87 130 millones, un número que, en el contexto de nuestra historia reciente, resulta casi inimaginable. Este incremento de US$5 534 millones frente a los US$81 596 millones que poseíamos en enero de este año, no es un simple dato contable; es una muestra palpable de que el país, pese a sus turbulencias internas, tiene una fortaleza económica de la que debemos sentirnos orgullosos.

Es curioso cómo, en medio de tanta incertidumbre política y social, estos números pueden ofrecer un rayo de esperanza. La gestión prudente y responsable de Julio Velarde al frente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) es un testimonio de que, si bien la política puede ser volátil, existen instituciones que permanecen inquebrantables. Durante su presidencia, que comenzó en 2006, las reservas internacionales pasaron de ser una cifra modesta de US$14 000 millones a más de US$87 000 millones hoy. Esto no es un simple cambio numérico; es un reflejo de una visión y un trabajo sistemático y sin descanso. Y todo esto, a pesar de los vaivenes económicos globales y las políticas internas erráticas que a veces parecen ser nuestra constante.

Al mirar estos números, uno podría preguntarse: ¿qué significa realmente para el país tener estas reservas? En términos simples, tener reservas internacionales suficientes es como tener un fondo de emergencia para cualquier imprevisto. En caso de una crisis externa, de una caída en las exportaciones o de una fuga de capitales, Perú cuenta con recursos suficientes para cubrir dieciocho meses de importaciones, mucho más allá de lo que establecen los estándares internacionales de entre tres a seis meses. Pero este éxito no llega solo por suerte o por hechos aislados, sino gracias a la disciplina fiscal y la estabilidad política que, aunque difíciles de mantener en un contexto tan polarizado, son esenciales.

Es importante mencionar que este resultado no solo se debe a las políticas del BCRP, sino también al trabajo constante de sectores como la minería y la agricultura, que han sido claves para las exportaciones de nuestro país. Las exportaciones han jugado un papel fundamental, incrementando la balanza comercial y ayudando a sostener nuestra economía en tiempos inciertos. Sin embargo, el papel de Velarde ha sido trascendental, no solo por su capacidad de liderar, sino por su habilidad para mantener la calma en tiempos de tormenta.

A lo largo de sus 19 años al mando del BCRP, Velarde ha demostrado un enfoque técnico y prudente, ganándose el respeto tanto a nivel nacional como internacional. La estabilidad económica, que muchas veces se da por sentada, es en gran parte producto de su capacidad de tomar decisiones informadas y, lo más importante, de mantener una credibilidad institucional que se refleja en las calificadoras de riesgo y en la confianza de los inversionistas. La independencia del Banco Central bajo su liderazgo ha sido un pilar fundamental para que el país haya podido atravesar crisis globales y locales, sin que los efectos negativos se reflejen de manera tan dramática en nuestra economía.

En un país donde la política económica a veces parece estar al servicio de intereses coyunturales, tener un líder económico técnico como Velarde, que se mantiene fiel a su rol y no se deja arrastrar por los vaivenes políticos, es un lujo del que no muchos países pueden presumir. En este sentido, la figura de Velarde ha sido un contrapeso invaluable a la inestabilidad que caracteriza a otros sectores del gobierno.

Pero a pesar de todos los logros, no podemos descansar en los laureles. El Perú de hoy necesita más que nunca mantener esta disciplina fiscal, fomentar la estabilidad política y fortalecer la confianza institucional. Las reservas son una buena base, pero no son suficientes si no trabajamos en mantenerlas y en hacerlas crecer, mientras gestionamos adecuadamente los recursos internos del país.

Finalmente, el anuncio sobre las Reservas Internacionales Netas debe servir como una advertencia de que, a pesar de las crisis y los desafíos internos, el Perú tiene bases sólidas que lo respaldan en el ámbito internacional. Julio Velarde ha sido, sin lugar a dudas, uno de los principales arquitectos de esta fortaleza económica. En su gestión, las finanzas del país han encontrado un equilibrio necesario, y hoy las reservas internacionales son un reflejo de esa solidez y previsión. Sin embargo, es fundamental que sigamos trabajando para mantener ese legado y más aún, para garantizar que esas reservas no sean solo un número en un balance, sino una herramienta de sostenibilidad para las generaciones futuras. Perú aún tiene mucho que dar, pero para que el país se mantenga en pie en el escenario global, la estabilidad política y la confianza institucional deben seguir siendo el norte.

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