Si el Perú decide ponerle coto a la corrupción, franqueando su avance con un sistema jurídico constituido por un Poder Judicial y un Ministerio Público a prueba de fuego, estamos seguros de que una inmensa mayoría de ciudadanos respondería con un estruendoso ¡SÍ! Es más. ¿Es posible conseguirlo? ¡Por supuesto! Esa inmensa mayoría quiere eliminar, de cuajo, este drama que mantiene semidestruido al Perú. Tanto que este país le encenderá una llama perpetua en homenaje a la valiente autoridad que tuviese el coraje de ejecutar semejante proeza, pasando a los anales históricos como figura epónima, a la que rendirle honores eligiéndola presidente de la Nación, en fecha próxima. Ese es el talante del peruano que tanta falta hace en estos momentos de gran desolación y desconcierto, que mantienen al país al borde la explosión social; una total crisis social y una generalizada frustración sin horizonte alguno de solución.
¿Cómo es posible, por ejemplo, que hayamos actuado de manera tan desgastada aceptando como míseros borregos que un sujeto imputado por corrupción, autor del exterminio social que generó la muerte de más de 200,000 peruanos víctimas tanto del Covid; como de las infames y asesinas pruebas rápidas; la llegada tardía de vacunas, camas UCI, oxígeno, etc. Luego la llegada a cuentagotas de las peores vacunas del planeta, por incompetencia del mismo infame tipejo que clausuró el país durante largos meses, dejándonos expuestos al hambre, necesidad y falta de todo como ciudadanos. Tanto que las estadísticas colocaron al Perú en el primer puesto del ranking planetario de muertes por Covid, versus número de habitantes. Bueno, el autor de semejante matanza fue el mismo Vizcarra, quien nos impuso al monstruo llamado Junta Nacional de Justicia, para que seleccione, tome exámenes y elija a nuestros jueces y fiscales; así como servir de permanente evaluadora de los magistrados, Con lo cual la Junta pasó a ser juez y parte. La peor de todas las alternativas existentes. Claro, lo que teníamos antes no era lo ideal. Pero cambiar moco por baba lo único que produjo fue elevar la corrupción entre jueces y fiscales, quienes se suponía estaban allí para, precisamente, combatir y exterminar la corrupción.
En caso algún despistado lector no identifique a tantas veces citado sujeto, nos referimos al corrupto, golpista Martín Vizcarra. Es hora de tomar decisiones importantes, amable lector. Durante los últimos 7 años hemos tenido siete presidentes, síntoma de una descomposición social sin precedentes en países como el nuestro. Hagamos votos para que alguna voz iluminada en el Congreso, tome la iniciativa de desembarcar a toda la Junta Nacional de Justicia y designar a gente proba y profesional, capaz de ejecutar cambios indispensables. Como primer paso, entre las cúpulas judiciales y fiscales, brindándoles la oportunidad a los mejores de la Academia para que propongan una suerte de Plan Piloto Nacional de Cambio y Eficiencia que, progresivamente, se replique entre las demás entidades del Estado. Si no comenzamos ahora mismo, mañana no sólo será tarde sino imposible de frenar esa depravación que viene carcomiendo al Perú.
Columnista Diario Expreso
Foto: Infobae
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