He leído con atención el anuncio de la gobernadora de Moquegua sobre el nuevo proyecto de mantenimiento y mejoramiento vial para los corredores viales 41-A y 41-B, sintí una mezcla de esperanza y escepticismo. ¿No es esta la misma historia que nos han contado tantas veces? Con un presupuesto de más de 450 millones de soles y la promesa de mejorar 380 kilómetros de carretera, la noticia parece alentadora a vista sencilla, especialmente para los pobladores de las zonas altoandinas de General Sánchez Cerro y Mariscal Nieto. Sin embargo, detrás de estas cifras ambiciosas, me pregunto si realmente veremos un cambio significativo o si este proyecto será otro ejercicio de "cumplimiento mínimo" para satisfacer las apariencias.
Lo que realmente preocupa es que las autoridades siguen apostando únicamente por el mantenimiento de trochas carrozables. Moquegua merece más que un plan de mantenimiento rutinario: merece carreteras pavimentadas que aseguren una conectividad real y sostenida a lo largo del tiempo. Es frustrante ver cómo, año tras año, se repite el mismo esquema de mantenimiento básico y temporal, que en realidad no resuelve las necesidades de movilidad de los pobladores ni promueve el desarrollo turístico o económico de la región. ¿Por qué seguimos limitados a estos proyectos provisionales?
Desde mi perspectiva, este ciclo de mantenimiento de carreteras se vuelve particularmente problemático cuando se ejecuta durante la temporada de lluvias, lo cual parece ser una constante. Iniciar las obras en esta época sería un error, ya que las lluvias suelen dañar rápidamente las vías y reducir la efectividad del trabajo realizado. Sería más sensato que la ejecución de estos proyectos comenzaría en marzo del próximo año, una vez pasada la temporada de lluvias, para que las vías realmente se conserven en buen estado por un tiempo razonable. Desafortunadamente, parece que la planificación de estos proyectos sigue un patrón más orientado a cumplir con un calendario político que a adaptarse a las necesidades y al contexto de la región.
Además, no puedo evitar cuestionarme quiénes son los verdaderos beneficiarios de estos millonarios presupuestos destinados a la infraestructura vial en Moquegua. Este enfoque "de rutina" da la impresión de ser un negocio anual, donde el trabajo realizado parece más una fachada que una mejora real. Es difícil no pensar en los intereses que pueden estar detrás de estos contratos de mantenimiento. Se habla de desarrollo, de conexión entre pueblos y de oportunidades para el turismo, pero la realidad es que nuestras vías continúan en el mismo estado deplorable de siempre. ¿Dónde está el compromiso con el futuro de Moquegua?
En Sánchez Cerro, las exautoridades ediles
hablaron del proyecto turístico "Kuntur Muyuna" en el que varios alcaldes soñaban con atraer turismo a la región. Sin embargo, la falta de vías asfaltadas que garanticen un acceso seguro y cómodo a los visitantes hizo que esta visión se quedara solo en papel. ¿Cómo podemos aspirar a desarrollar el turismo si ni siquiera tenemos carreteras pavimentadas para facilitar el acceso? La realidad es que, sin infraestructura adecuada, cualquier iniciativa de este tipo está destinada al fracaso.
A estas alturas, con la reducción de ingresos provenientes de las mineras y un contexto económico desafiante, es poco probable que veamos en el corto plazo proyectos de pavimentación en nuestra región. No puedo evitar recordar los años en que los municipios distritales recibieron millones de soles gracias al canon minero. ¿Cómo es que no supimos aprovechar esa bonanza para invertir en infraestructura vial de calidad? Ahora, solo nos queda conformarnos con los planos de mantenimiento rutinario y ver cómo seguimos atascados en el mismo punto.
En pocas palabras, lo que Moquegua necesita es una visión a largo plazo que contemple el desarrollo real de su infraestructura, sin solo parches temporales. Ya es hora de que las autoridades regionales piensen en el bienestar duradero de la población y no en proyectos que solo lucen bien en los informes. Si realmente queremos un Moquegua más próspero, necesitamos un compromiso serio y sostenido para construir vías de calidad que nos conecten de verdad.
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