La pesadilla de la Avenida Jesús en Arequipa

Por Ubaldo Alvarez A ||

Ha pasado un año desde que la Municipalidad Provincial de Arequipa inició el ambicioso proyecto de mejoramiento de la avenida Jesús, y lo que en un principio se esperaba como un regalo para la ciudadanía, se ha convertido en un dolor de cabeza crónico. El caso de esta obra nos pone nuevamente frente a un escenario que lamentablemente no es novedoso en el Perú: retrasos, ampliaciones presupuestarias y una notable falta de transparencia en la gestión pública.

La avenida Jesús, una de las arterias más importantes de la ciudad, vio su primer hito en septiembre de 2022 cuando se colocó la primera piedra. La expectativa era alta: la obra debía estar lista para agosto de este año. Sin embargo, la realidad que hoy nos enfrenta es una obra que no solo no ha concluido, sino que se estira hasta noviembre y apenas ha logrado un poco más del 60% de avance. Un año perdido en obras públicas es un año perdido para la comunidad.

Pero la preocupación no termina aquí. La regidora Rocío Mango Chipana, junto con la Contraloría de la República, han arrojado advertencia sobre un problema mucho más profundo: el presupuesto. Inicialmente, se prometieron 9 millones de soles para esta intervención. No obstante, como si fuera una fórmula mágica de inflación, este monto se ha inflado hasta los 14 millones de soles. Pregunto: ¿Cómo se justifica tal incremento? ¿Dónde se ha perdido ese dinero? Preguntas que merecen respuestas claras.

Las consecuencias de este ineficiente manejo de fondos públicos y la prolongación de la obra son evidentes. Los vecinos de la zona sufren las consecuencias de vivir en un perpetuo canteo de obras. Los comercios a lo largo de la avenida, que esperaban mejoras para atraer a más clientes, ahora luchan por sobrevivir en medio de polvo y ruido constante. Los transportistas ven sus rutas alteradas, lo que, a su vez, afecta a los usuarios del transporte público. Y los transeuntes deben sortear un campo de obstáculos que parece no tener fin.

Este caso no es único en Arequipa. En todo el país, las historias de obras públicas que se eternizan y presupuestos que se desvanecen en el aire son lamentablemente comunes. La falta de fiscalización, la falta de sanciones efectivas y la falta de transparencia son factores que perpetúan esta triste realidad.

Es hora de que la ciudadanía y las autoridades exijan respuestas y soluciones. Es necesario implementar mecanismos más efectivos para supervisar y evaluar proyectos públicos y sanciones severas para aquellos que incurran en malas prácticas. También es vital que los procesos de licitación y adjudicación de obras se realicen con la máxima transparencia, de modo que se pueda prevenir el daño de fondos.

La avenida Jesús debería ser un ejemplo de desarrollo y progreso para Arequipa, pero en su lugar, se ha convertido en un aviso de la necesidad urgente de reformar la gestión de obras públicas en el país. No podemos permitir que el futuro de nuestras ciudades siga siendo secuestrado por la ineficiencia y la corrupción. La avenida Jesús es un llamado de atención, un llamado a la acción, y una oportunidad para cambiar el rumbo y construir una ciudad más eficiente y transparente.
Foto: Diario Correo 

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