En medio de una recesión económica, que debería obligar a las entidades estatales a ser austeras en cuanto al manejo del dinero de los contribuyentes, los congresistas no han tenido mejor idea que autorregalarse un bono de casi 10 mil soles sin justificación alguna, salvo la de beneficiarse de la política para celebrar a lo grande durante las fiestas de fin a año.
Solo un puñado de parlamentarios han optado por devolver este ilegal bono (la exprocuradora Yeni Vilcatoma sostiene que tranquilamente podría configurarse el delito de peculado), pues la gran mayoría ha salido con argumentos que insultan a la ciudadanía para defender la recepción del beneficio.
Los angurrientos aventureros de la política han señalado, con total desparpajo, que merecen este bono porque se quedan horas extra y que no cuentan con vacaciones pagadas, a pesar del sueldazo y demás gollerías que reciben.
Un bono se otorga cuando se realiza alguna labor extraordinaria. ¿Qué labor extraordinaria han realizado los congresistas, que todavía tienen la opción de trabajar de manera remota, para ser acreedores de 9,900 soles? Ninguna, estos presuntos “padres de la patria” han antepuesto sus intereses personales a los de los ciudadanos que votaron por ellos.
Solo con la democracia se podrá cortar las uñas largas de estos sinvergüenzas. En las siguientes elecciones, una vez restablecida la bicameralidad y la reelección, los votantes tendrán el poder de enterrar a los rostros que hoy se burlan de nosotros. El que ríe último, ríe mejor.
Y hablando de descarados, el fiscal Rafael Vela, que fue suspendido por 8 meses y medio por tildar de corruptos a los jueces que anularon la injusta prisión preventiva dictada contra Keiko Fujimori, ha dicho que la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, es la responsable de su sanción.
Acusó –sin pruebas– que Benavides ha confabulado con el jefe de la Autoridad Nacional de Control (ANC) del Ministerio Público, José Fernández Jerí, e, incluso, aseguró que los fiscales superiores de todo el país firmaron una especie de “acta de sujeción fujimorista”, en apoyo a la titular del MP.
Si las graves afirmaciones de Vela no son ciertas, la fiscal de la Nación debe removerlo definitivamente -hace rato debió ocurrir esto- de las dos jefaturas que hoy ocupa y denunciarlo por difamación.
Le correspondería también a la JNJ destituirlo, pero es pedirle peras al olmo, así que todo está en manos de Patricia Benavides, cuya buena imagen que logró investigando al corrupto y golpista expresidente Pedro Castillo se está derrumbando tras la revelación del programa ‘Beto A Saber’ acerca de que su mano derecha, Jaime Villanueva, es un ultraizquierdista que se reúne a escondidas con ciertos legisladores para buscar cómo favorecer políticamente a su jefa.
Columnista Diario Expreso
Foto: Andina
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