El país amaneció hoy otra vez siendo testigo de la incesante pugna política y de poder en torno al control del Ministerio Público (el Poder Judicial también es campo de disputas). Quienes creen que esto es solo resultado de “valiosas luchas contra la corrupción” está cayendo en una obvia ingenuidad. Lo que se presencia son escenarios creados (vía filtraciones y medios activistas) donde algunos caen y otros sobreviven dentro de un selectivo juego político. Y nada indica que el juego se frenará. Por eso la opinión pública debe estar muy alerta viendo quiénes terminan imponiéndose en esta confrontación y a qué impunidades escogidas beneficia finalmente.
Los asesores de la Fiscal de la Nación Patricia Benavides la han comprometido seriamente en esa pugna de la “justicia” politizada que en realidad la precede, que no se origina con ella precisamente. Hay quienes señalan que para contener a sus antagonista los operadores de Benavides solo han replicado las malas “artes” de una dinámica anterior que favoreció convenientemente a personajes hasta el momento intocados como Martín Vizcarra (un auspiciador de la exfiscal Zoraida Avalos quien consideró casi como intocables tanto a Vizcarra como a Castillo). Poco a poco se sabrá más sobre cómo estas pulsiones desde varios sectores en competencia han dado forma al actual tóxico contexto de judicialización política.
Por lo pronto Vizcarra ha brincado muy fresco exigiendo “el fin de la corrupción con fines políticos” y celebrando el arrinconamiento de Benavides, mientras las fuerzas extremas pro-Castillo exigen su liberación y se le repare ante la “injusta prisión” y el “abuso” por parte de la hoy cuestionada Fiscal de la Nación.
Como ocurrió con Keiko Fujimori (aunque infructuosamente con Alan García) la Diviac se ha hecho presente en la detención de los asesores de Benavides. Un ente policial importante y creado en 2016 y al que no pocos han catalogado como una suerte de “policía política”. Una pregunta surge en sentido entre cada vez más sectores ciudadanos: ¿Algún día se le presentará a la Diviac (División de Investigación de delitos de Alta Complejidad y a su valioso oficial Harvey Colchado) la oportunidad de enmarrocar también a Vizcarra envuelto en serias acusaciones de megacorrupción?
Esperemos la famosa “lucha contra la corrupción del poder” tenga como norte el verdadero caiga quien caiga y no la selectividad que favorece a ciertos impunes (afanosos hasta en relanzarse políticamente como Humala y Vizcarra).
Columnista de Diario Expreso
Foto: Gestión
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