La fiscalía se convirtió en un maloliente desagüe

Por Mariella Balbi ||

Desde la artera campaña contra el entonces fiscal de la Nación, Gonzalo Chávarry (junio 2018) que terminó con su renuncia al cargo, sabemos claramente que el Ministerio Público es una institución fétida. Quienes se tumbaron a Chávarry, un magistrado honesto, estaban identificados. Conocíamos que los fiscales Zoraida Ávalos, Pablo Sánchez (supremos), Rafael Vela, José Pérez y la prensa que formó parte del ataque, liderada por el IDL, a cargo del periodista Gustavo Gorriti, que bombardeó al país con los audios de los Cuellos Blancos; integraban una organización criminal. El objetivo fue defender los intereses de Odebrecht y del expresidente Martín Vizcarra.
Hoy, con la declaración testimonial de Jaime Villanueva en la Fiscalía, ex asesor de la suspendida Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, causante de su caída, se comprueba que el Ministerio Publico es un lugar hediondo y tremendamente podrido. Villanueva, parte de esa mafia, relató con detalle lo vivido desde el 2018, la persecución contra Keiko Fujimori y Alan García, la injerencia de Gorriti en estas maniobras, la protección de Pablo Sánchez y Ávalos a Vizcarra, salvándolo del caso Chinchero y el modus operandi de fiscalillos digitados por la corrupción.
Villanueva disparó contra todos y cada uno de sus excompinches, separando de esta maloliente realidad a la fiscal Marita Barreto y a Harvey Colchado, jefe de la Diviac, acosador de Alan García, responsable de su muerte por el ineficaz operativo que llevó a cabo, y encima cobarde porque no dio la cara. Igualmente, aún queda el retintín del agradecimiento de Fray Vásquez a Barreto y a Colchado por haberlo capturarlo tan bonito y tan exitosamente. Antes, Vizcarra también los alabó.

Quedaron atrás las irregularidades que cometió el dúo al acusar a Benavides de encabezar una organización criminal (debieron hacerlo vía un fiscal supremo), la ridícula participación del ‘agente Roberto’ y el papelito inútil con chats presentados por Villanueva sin un celular de respaldo, y tantas más. Cierto es que toda la mafia del Ministerio Público, mencionada por Villanueva en su testimonio, debería estar siendo investigada y tener su carpeta fiscal. Esto bajo el principio que, si lo dicho por el exasesor vale para que la Junta Nacional de Justicia suspenda a Benavides de tan alto cargo, debería aplicarse a los fiscalillos mencionados.

Pero la JNJ está en ‘combina’ con la mafia fiscal y será más que improbable ver que se sancione a los Vela, a los Pérez, Sánchez, Ávalos (pretende volver con una acción judicial) y Barreto, menos a los Gorriti y otros personajes que no son funcionarios públicos. Si este gobierno quiere adecentar las cosas, debería sacar de la dirección de la Diviac al oscuro Colchado. Tanto por ser el ejecutor del acoso a García como por el ataque a Benavides. Pero el Premier es su aliado.

Ya el desequilibrado e inepto fiscal Pérez quiere lavarse las manos sucias echándole la pelota a Keiko Fujimori; junto con Colchado, la llevaron a prisión tres veces. Esa será la prédica de la izquierda: el fujimorismo tiene la culpa. Se propone una reforma de la Fiscalía, es necesaria obviamente, demasiada inmundicia, pese a los magistrados probos. Un Congreso con ‘niños’, mochasueldos, simpatizantes del Movadef, ¿puede llevar a cabo un cambio sano en Fiscalía? Detrás de todo el caso Sada Goray.
Columnista Diario Expreso 
Foto: Diario Gestión 

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