Por Alfredo Palacios Dongo
Dos
estudios internacionales sobre la niñez fueron publicados en febrero pasado, y
coincidentemente, ambos advierten que a pesar del extraordinario crecimiento
económico producido en el Perú, existe una gran desigualdad de oportunidades en
la vida y proceso de desarrollo infantil. El primero de ellos, como parte del
estudio “Niños del Milenio”, titulado "¿Quién se queda atrás?", fue
presentado el pasado día 8 por el Instituto de investigación nutricional (IIN)
y el Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade), abarca el estudio de 2,800
niños de 20 localidades del país, y según el cual no todos se están
beneficiando del crecimiento económico, y la vida es mucho más difícil para
niños pobres de una zona rural con padres con poca educación, o para niños de
poblaciones indígenas.
El segundo estudio del Banco Mundial y el Grade, titulado
"Está el piso parejo para los niños del Perú?", fue presentado el
pasado día 18, e igualmente concluye que a pesar del crecimiento económico, los
niveles de desigualdad entre los niños de sectores urbano, rural e indígena son
significativamente desiguales, siendo muchos de ellos desfavorecidos y
discriminados, y, peor aún, esta desigual falta de oportunidades no es
circunstancial o aleatoria, sino sistemática, condicionada al lugar de
nacimiento, genero, grupo étnico o nivel socioeconómico de sus padres,
aspectos que determinan sus verdaderas opciones futuras.
En este contexto, en América Latina el Perú es
el más desigual en la distribución espacial de oportunidades para la niñez,
marcadas por la desigual provisión de servicios básicos por grupo étnico,
región y estatus económico. El 60% de niños de las zonas rurales es pobre —el
triple que en zonas urbanas—; y según la Unicef, anualmente unos 6,000 recién
nacidos fallecen antes del primer mes de vida. La desigualdad educativa por
situación socioeconómica es alarmante y el acceso a la educación infantil
temprana es reducido y desigual, especialmente en poblaciones rurales e
indígenas. La cobertura del agua solo cubre 35% de hogares rurales, y en
saneamiento 40%, la mitad que en áreas urbanas. El acceso a la salud y atención
médica es muy desigual en los sectores urbano, rural y poblaciones indígenas.
El 18% de niños sufren desnutrición crónica en zonas urbanas, y 31% en zonas
rurales, y asimismo, la anemia afecta al 50.3% de niños.
Bajo
este panorama, en los últimos años el avance económico peruano ha acentuado la
desigualdad de oportunidades entre los niños de las zonas urbanas,
rurales y poblaciones indígenas. La promoción de igualdad de oportunidades de
nuestra niñez debe ser una política de Estado. Todos los gobiernos deben
seguir los mismos objetivos, estrategias y políticas y programas sectoriales
con un enfoque en la familia y comunidad, con el fin de reducir la desigualdad
infantil y lograr así una sociedad más justa.
Expreso, Lima 3 de marzo de 2012
Foto: peruinforma.com
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