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Javier Fernández Díaz (*)
Cada vez más personas tienen la oportunidad de
conectarse a la red todos los días y desde cualquier parte. Internet va camino
de convertirse en el medio más utilizado para informarse. Un estudio realizado
por el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo destaca la fuerza que
gana como fuente de información, sobre todo en los países desarrollados y entre
los más jóvenes. Uno de cada diez alemanes accede a las noticias a través de
internet al menos una vez a la semana, así como uno de cada cuatro
británicos.  Además, el 27% de los jóvenes entre 25 y 34 años de los
países incluidos en el estudio -Francia, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos
y Dinamarca- afirman que su principal fuente de información es su teléfono
móvil. Los usuarios muestran mayor disposición a pagar por los contenidos que
reciben en sus computadoras y en nuevos dispositivos móviles.
 Aumentan la oferta y la demanda de aparatos como los Smartphones y
las tabletas con acceso a internet. Las personas acceden a noticias y
contenidos desde estos dispositivos, pero también los utilizan cada vez más
periodistas. Adaptarse a los nuevos formatos y ofrecer contenidos multimedia
puede ayudar a paliar la crisis de las empresas de la información. Sin embargo,
los cambios no deben hacerse en detrimento de la ética, de la calidad de los
contenidos y del respeto al lector.
Estos nuevos formatos traen consigo un nuevo perfil
de receptor, que demanda mayor actualización, debido a su acceso continuo. Pero
éstos exigen también nuevas maneras de informar. Por ello, algunas empresas
periodísticas evitan el error de volcar los contenidos de los formatos
tradicionales en los digitales. Se adaptan a las necesidades de quienes
consumen sus informaciones, y no al revés. Existe un nuevo receptor con unas
necesidades diferentes a quien escucha la radio, ve la televisión o lee
periódicos.
Internet ofrece a los reporteros la posibilidad de
retransmitir eventos en tiempo real gracias a redes sociales como Facebook o
Twitter y a secciones actualizables dentro de su propio medio. Además, su
capacidad para introducir audio y vídeo exigen un viraje hacia contenidos
multimedia, más adaptados al consumidor de noticias digitales. Las redes
sociales se han consolidado como medio de distribución. Muchos medios ya
establecen divisiones en franjas horarias para llegar a una audiencia lo más
amplia posible, en distintos continentes. Investigan qué tipo de usuario navega
las redes en esas particiones de tiempo, cómo en su día se hizo con la radio y
la televisión. No tiene sentido ofrecer informaciones destinadas a adultos en
las horas en las que no se conectan a internet.
La correcta adaptación a los nuevos formatos y
canales de distribución pueden ayudar al periodismo a adaptarse de forma
definitiva a internet ya que, hasta ahora, lo que se ha intentado es que los
medios tradicionales salten a la red, sin adaptar los  formatos y los
contenidos a las necesidades de los usuarios digitales.
Pese a ser una oportunidad y una realidad en el
mundo desarrollado, sólo un 30% de la población global tiene acceso a internet,
según el portal Pingdom.  Existen amplias áreas en América Latina, África
y Asia donde la red aún no llega. Pese a las  oportunidades que traen las
nuevas tendencias, no se pueden desechar los medios tradicionales, sobre todo
en zonas donde el consumidor digital no existe. En estas partes del mundo, como
en el resto del planeta, la clave está en adaptarse al entorno y al receptor.
La finalidad del periodismo aún consiste en llevar información veraz a quienes
la demandan.
Los nuevos formatos ofrecen nuevas oportunidades
pero también exigen nuevas formas de informar. Las empresas periodísticas han
de mantener la calidad y veracidad de las informaciones y adaptarse al
receptor. De quien lee, escucha y observa las informaciones, es de quien
depende en realidad su éxito y su acogida.
(*) Periodista
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