Me atrevo a asegurar que estamos atrapados en un nivel de incompetencia y corrupción sin precedentes y con un gobierno que no tiene plan para absolutamente nada, viven del discurso y la promesa, en #ModoSobrevivencia, intentando durar hasta el 2026. El costo será inmenso porque la inacción en un país con tantas carencias genera un daño exponencial, todo se deteriora y empobrece más, y hace que el punto de partida sea perversamente complicado.
El Congreso se siente seguro porque sabe que Boluarte camina sobre techo de vidrio y resistirá ante cualquier tentación de dar un paso en falso y pretender hostilizarlo o cerrarlo. Aunque nadie los defendería –se han ganado a pulso su rechazo, su última propuesta sobre la reposición de 14,000 docentes interinos y aquellas con nombre propio para proteger a sus pares corruptos, son deplorables– no quiere ser cuestionada internacionalmente, ni calificada de golpista o dictadora, ni tampoco ensuciar “su trayectoria” con actos inconstitucionales.
En un país con un nivel de inseguridad ciudadana elevadísimo, con actividades criminales que mueven millones como la minería ilegal y la tala indiscriminada, con grupos narcoterroristas que siguen emboscando a militares y policías (reciente matanza en Huanta, Ayacucho) no se puede pretender una gestión cero riesgos. Gobernar el Perú es muy complicado, se necesita un norte claro y mano firme pero desafortunadamente Boluarte no tiene las condiciones ni personales ni profesionales para ejercerla. En puridad, debería renunciar, pero ello sería muy peligroso para el país, no solo por el impresentable ciudadano que tenemos encabezando el Congreso, sino por el escenario político tan incierto.
Aunque peque de cínica, estoy segura de que si las elecciones fueran mañana y se presentasen los infames Castillo y Vizcarra, se pelearían los primeros puestos. Imperdonable pero así es nuestro electorado: imperdonable. Otro candidato nefasto será Antauro Humala cuyo partido “Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros” está próximo a la inscripción.
Sin embargo, no solo en el Perú se permite que criminales ocupen cargos públicos, esta vergüenza es compartida con Colombia que tiene a un exguerrillero de presidente y con España, que consintió la participación de etarras –incluso condenados por asesinatos– en las listas de Bildu para las elecciones del 28 de mayo pasado. Países condenados a la desmemoria o con medios asalariados que han contribuido a distorsionar la historia.
Rechazo la benigna y tardía reacción del gobierno frente a la inaceptable denuncia del criminal Polay Campos ante la CIDH, que ha salido a luz gracias a la valiente intervención de la Dra. Delia Muñoz. Debieron levantar la voz inmediatamente y capitalizar la indignación ciudadana para pedir el retiro del Perú de esta nefasta institución. No es un tema de dinero sino de principios señora Boluarte. Se hace mucha demagogia respecto de que nuestra salida sería perjudicial para la imagen del país y, dejaría a las personas sin un último recurso para hacer valer sus derechos ante eventuales abusos del Poder Judicial. ¡Por favor! Que confianza puede generar ese politizado nido de caviares que administra justicia selectivamente.
Si la verdadera razón es que le lluevan críticas porque esta Corte le ha encontrado responsabilidad por las muertes en las protestas o que, eventualmente pueda ser denunciada ante el Tribunal Penal Internacional como ocurrió con Maduro por la fuerte represión en Venezuela en el 2018, le recuerdo que son gajes del oficio. Asúmalo con dignidad.
Lo que sí podrían hacer, sin mayor agitación, sería imprimirle velocidad a los once ministerios que han recibido un presupuesto especial de S/. 3,126 millones para enfrentar el fenómeno de El Niño. Recordemos que la naturaleza no perdona y que el impacto será muy fuerte o ¿prefieren cargar en sus conciencias la responsabilidad de su negligencia?
Columnista Diario Expreso
Foto: Andina
0 Comentarios