El país viene atravesando una situación de crisis económica y política a consecuencia de las negligencias y necedades de sus autoridades, que pareciera que buscan adrede llevarnos al país al garete, en un contexto de crisis mundial y climática, que requiere más bien del mejor esfuerzo y compromiso de sus autoridades para prever estos escenarios complejos.
Los indicadores económicos se han sincerado en el MEF, pero es tarde, porque ya estamos en el último trimestre y recién reconocen que estamos en recesión, en un escenario de problema de la contracción de las inversiones que no tiene visos de mejora, aún peor después del viaje de la presidenta Boluarte que, en vez de promover un ambiente de confianza, ofreciendo la seguridad jurídica y la paz social que requiere el país, ha generado mayor incertidumbre por su actuar zigzagueante.
La realidad es que este periplo por EE.UU. ha traído consecuencias, porque ha tenido que renunciar la canciller Gervasi después de su actuar negligente en la organización de la agenda de la presidenta, donde terminaron en un papelón las supuestas reuniones bilaterales que debía tener. La reacción de Boluarte es tardía, ya en varios artículos habíamos mostrado el negligente actuar de Gervasi, que exponía innecesariamente a la presidenta, pero aun así se mantenía en el cargo. Ahora renuncia para evitar el ridículo que iba a hacer en el Congreso, justificando el frustrado periplo presidencial.
Regresando al análisis de la situación económica del país, es por demás preocupante la irresponsabilidad del Congreso de haber aprobado un presupuesto general de la República por más de 240 mil millones de soles, cuando la recaudación fiscal se ha contraído y los sectores emergentes, como minería, agroexportación, pesca y turismo pasan por una situación crítica.
Súmenle la decisión que acaba de emitir el TC sobre dos demandas de empresas que tienen deudas tributarias, que reclamaban por los intereses moratorios y en el caso del grupo Añaños por el impuesto selectivo; esto significa directamente una pérdida en recaudación de más de 12 mil millones de soles, con lo que la situación del próximo año es aún más delicada. Y eso que no estamos contando con las empresas que se sumarán a esta sentencia del TC para eludir sus responsabilidades tributarias.
Se le viene una crisis de gabinete y, por ende, de gobernabilidad a la presidenta y lo más probable es que no solo no tendrá los reflejos, sino que ahondará la crisis.
Columnista: Perú 21
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