El valle de Majes brilla en el Festival del Camarón.

Por Ubaldo Alvarez A ||

Hace un año, tuve la fortuna de asistir al Festival del Camarón en Aplao, un evento que no solo celebra uno de los recursos más emblemáticos de la cuenca del río Majes, sino que también resalta la riqueza cultural, gastronómica y turística de la provincia de Castilla. Aquella experiencia fue inolvidable. Recuerdo el aroma del chupe de camarones, la textura crujiente del chicharrón y la frescura del cebiche, cada plato una obra maestra que encapsulaba siglos de tradición. Este año, por compromisos personales, no podré asistir, pero eso no me impide reflexionar sobre la importancia de este evento y su impacto más allá de las fronteras de Arequipa.

Hablar del camarón en esta región es hablar de identidad. No se trata solo de un crustáceo, sino de un símbolo que une a comunidades enteras, desde los pescadores que siembran larvas para garantizar su repoblamiento, hasta los chefs que transforman este tesoro en delicias culinarias. ¿Cuántas regiones pueden presumir de una conexión tan profunda con su entorno y sus recursos? En un mundo donde la industrialización amenaza con homogeneizarlo todo, el Festival del Camarón nos recuerda que el sabor auténtico no puede replicarse en fábricas ni en laboratorios.

Además, el festival no es solo gastronomía; es un punto de encuentro para quienes buscan experiencias únicas. Desde los concursos de pesca y tejido hasta las cabalgatas de caballos de paso, cada actividad ofrece un vistazo a la vida y costumbres de Aplao. Es admirable cómo los pobladores y autoridades se une para organizar este evento, logrando que los visitantes no solo se deleiten con los sabores, sino que también se conectan con la historia y la cultura local.

Sin embargo, lo que más me impresiona del festival es su impacto económico y ambiental. Este año, gracias a la siembra de más de 400.000 larvas de camarón, la producción ha aumentado significativamente, beneficiando no solo a los pescadores, sino también a toda la cadena económica que depende de este recurso. Es un ejemplo claro de cómo el desarrollo sostenible puede ser una realidad cuando hay coordinación y compromiso entre las autoridades y las comunidades locales.

Aplao, con sus paisajes de ensueño como el Cañón de Majes o las cataratas de Panahua, es un destino que merece ser visitado no solo por el festival, sino por su enorme potencial turístico. Este evento es la excusa perfecta para descubrir una región que combina historia, naturaleza y sabor en una propuesta difícil de igualar.

Este fin de semana, mientras cientos de visitantes disfrutan de la majestuosidad del valle de Majes, yo estaré lejos básicamente, pero cerca en espíritu. Espero que quienes asisten no solo se maravillen con los camarones gigantes ni se limiten a saborear un buen chupe, sino que también reflexionen sobre la importancia de preservar este patrimonio. Porque el Festival del Camarón es más que un evento: es una celebración de lo que significa ser parte de una tierra tan generosa como lo es el hermoso valle de Majes.

En pocas palabras, el Festival del Camarón en Aplao no es solo una celebración gastronómica; es un acto de resistencia cultural y una muestra de que las tradiciones pueden ser el motor del desarrollo sostenible. Invito a todos a vivir esta experiencia única, no solo con los sentidos, sino con el corazón abierto al aprendizaje y la conexión con una tierra que nos da tanto.

Publicar un comentario

0 Comentarios