Anoche el ministro de Trabajo José Villena pidió disculpas en Palacio de
Gobierno por el escándalo que protagonizó en el aeropuerto de Arequipa, donde
cual vulgar matón agredió a una trabajadora y amenazó con despido a otros
porque no le permitieron abordar el avión que estaba a punto de despegar, por
haber llegado muy tarde.
Villena niega haber agredido a la empleada y aduce que se trató de un
“malentendido” y acusó a la prensa de crear una “historieta”. Ayer dijo que
“esto no volverá a suceder”, lo cual significa que pretende continuar en el
cargo.
En la mente de un sujeto de esta clase cabe la posibilidad de creer que es
posible pedir disculpas y eso basta, porque su falta de vergüenza, cultura,
educación y sentido común no van a cambiar.
Así las cosas, es el colmo que no exista respuesta inmediata del Gobierno
con su destitución. Un ministro debe ser una persona no sólo que sea entendida
en la materia de la cual se ocupa su ministerio (para lo cual ni siquiera
califica Villena), pero aunque no sean eminencias en los asuntos de su sector,
por lo menos su comportamiento en público debe mostrar excelencia, o deberían
intentar acercarse a una conducta pública excelente.
Hace unos días la ministra de la Mujer Ana Jara, consultada por la salida
del ministro del cargo dijo que eso es “prerrogativa” del Presidente, pero, a
diferencia de otros casos notorios de agresión a la mujer, donde busca cámaras,
no se preocupó de la defensa de la agredida. Tampoco se ocupó de una mujer que
fue agredida por la Policía en los actos de La Parada tras rogar arrodillada
(ver Vídeo: Cobardes policías golpean a mujer en “exitosa”
operación en La Parada), ni se ocupa de la agresión de una dirigente
huelguista , trabajadora de salud del sector Defensa, que hace unos días
denunció una agresión humillante de la Policía, que incluso se atrevió a
jalarla del pezón, lo cual evidencia una ceguera adrede de Jara cuando se trata
de agresión a la mujer por parte del aparato Estatal.
Recientemente el Congreso aprobó un proyecto de ley para evitar la
conciliación en casos de violencia familiar “no se puede conciliar los golpes”, destaca el
Congreso. Este caso no es de violencia familiar pero
es comparable, es violencia contra la mujer y el ministro quiere salir
triunfante con algo parecido a una (inexistente) conciliación (la disculpa), lo
cual es inadmisible, pues el hecho es muy grave. Existe abuso de autoridad y
poder y los agredidos son la parte más vulnerable: una mujer y otros empleados.
El otro agravante es que se trata del ministro de Trabajo, quien debería
ser un defensor de los trabajadores, él no puede ser juez y parte en calidad de
agresor de ellos. Incluso hay más: el ministro dijo que tiene orden del
presidente Ollanta Humala de detener el avión. A todas luces es otra mentira
más, la cual no puede contar más con el aval presidencial, pues estaría
admitiendo que es cómplice de abuso de poder.
La demora en la destitución del matón sólo evidencia una vez más la
mediocridad y doble discurso de ciertos personajes que gozan de altos cargos
con este gobierno, de lo cual es responsable el Presidente de la República..
Detalles que la prensa documenta
El análisis médico indica con claridad que le dejó un moretón de 4x2cm en
el brazo, cuando la empujó con violencia. Trascendió en los medios que la
trabajadora, Ana Lucía Ramos, retiró la denuncia por temor, no porque la
agresión no haya sucedido. En todo caso, el certificado médico legal N.º
024695, que indica es evidente y Villena sólo añade otra mentira, “esquimosis
negruzca discontinua de 4x2 cm en la región posterior del tercio medio del
antebrazo derecho”, lesiones ocasionadas por un “agente contuso”. Hubo golpe.
El certificado señala que la paciente refiere “un dolor intenso en el hombro
derecho y el cuello”, que ameritó evaluación por traumatología y tres días de
descanso médico.
El suboficial PNP, Fredy Carpio Chalpe, quien el 27 de noviembre, día de la
agresión, estaba de turno en el servicio de seguridad del ministro Villena,
declaró en el “acta de ocurrencia” que 
“un agente de seguridad del aeropuerto manifestó al señor ministro que la puerta de ingreso al interior del aeropuerto ya había sido cerrada y no podía pasar, pero al escuchar esto, el señor ministro ingresa manifestando que él es el ministro”.
Carpio no llegó a ingresar a la zona donde Villena irrumpió, pero manifestó que después “aparece el señor ministro indicando que detengan a todos los agentes particulares porque lo han maltratado verbalmente”, hecho que Villena extrañamente omite.
“un agente de seguridad del aeropuerto manifestó al señor ministro que la puerta de ingreso al interior del aeropuerto ya había sido cerrada y no podía pasar, pero al escuchar esto, el señor ministro ingresa manifestando que él es el ministro”.
Carpio no llegó a ingresar a la zona donde Villena irrumpió, pero manifestó que después “aparece el señor ministro indicando que detengan a todos los agentes particulares porque lo han maltratado verbalmente”, hecho que Villena extrañamente omite.
“¡Yo le grito a quien quiera y como me dé la gana!”, profirió Villena el día de la agresión. y agregó que tiene orden del presidente Ollanta Humala de detener el avión.
“¡Me tienen que dejar pasar!”, dijo el matón y Ana Lucía respondió: “Señor, por favor cálmese, le está gritando a una dama”, a lo cual el energúmeno gritó: “¡No me interesa! ¿No sabes quién soy yo? ¡Yo le grito a quien quiera y como me dé la gana!”.
El informe del personal de seguridad del aeropuerto de Arequipa indicó que
el ministro de Trabajo “manifestó en voz alta que no le interesaba (que el
avión estuviera cerrado) y que tenía que embarcar sí o sí. Ingresó a la sala de
embarque a la fuerza y amenazó a todos los presentes que si no abordaba los iba
a hacer botar, ya que él trabajaba para el presidente”.
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