El «vizcaviarismo» y la JNJ

Por Luis Otoya Trelles ||

Martín Vizcarra asumió la presidencia teniendo “rabo de paja”. Llegó con una mochila cargada de “chicharrones”, por denuncias de supuestos malos manejos y mantener relaciones “comerciales” con proveedores, siendo gobernador regional de Moquegua. Sin bancada en el Congreso, ni partido político que lo “apechugue”, habría sido muy difícil mantenerse en el poder.

Es ahí cuando el poder caviar, que gobierna por décadas el Perú sin ganar una elección, le ofrece respaldo jactándose de tener: incondicionales “amigos” en el Ministerio Público, influencias con la mayoría “humalista” del Tribunal Constitucional y “leales” jueces defendiendo sus “causas”. Así surge el “vizcaviarismo”, una perversa alianza que, promoviendo la injusticia, blinda a sus amigos y persigue a sus adversarios políticos. Entre sus víctimas están: Pedro Chávarry, Tomás Gálvez, Alberto y Keiko Fujimori, Fuerza Popular, Manuel Merino, Alan García, el APRA, el PPC, etc., etc.

El “vizcaviarismo”, por sus odios e intereses, nos impuso a Pedro Castillo, pero, por subestimarlo, el tiro le salió por la culata. Ha visto debilitada su posición con la salida de Zoraida Ávalos y el ingreso de la valiente Patricia Benavides a la Fiscalía de la Nación. Su crisis se agudiza cuando un nuevo Tribunal Constitucional, que reemplazó a tribunos con mandato vencido, está demostrando y corrigiendo todo lo que antes se hizo mal.

El “vizcaviarismo” ahora se juega todo defendiendo con uñas y dientes su último bastión, la JNJ, engendro de Vizcarra y su manipulado referéndum. Buscan la permanencia de sus “preferidos” pretendiendo seguir ejerciendo control del sistema disciplinario sobre jueces, fiscales y el nombramiento de los encargados del JNE y la ONPE.

Lamentablemente la JNJ no ha mostrado, en tres años, una posición firme para sancionar los miles de denuncias contra la mala y cuestionada labor de quienes deberían ejercer con imparcialidad la administración de justicia. Eso sí, ha sido protagonista en tomar posición en “reflexiva” defensa de la controvertida Zoraida Ávalos. Sus miembros habrían ejercido presión a un juez supremo y se les responsabiliza de interpretar a su conveniencia la permanencia en el cargo de uno de sus miembros, que ha superado los 75 años. También han sido céleres en “empapelar” a la fiscal Benavides, empleando la misma estrategia caviar para salir de Chávarry, pero, esta vez no les ha funcionado.

El “rebote” lo ha tomado ahora el Congreso que ha decidido investigar a los siete miembros de la JNJ. El “vizcaviarismo” ha puesto el grito al cielo desconociendo su legítima prerrogativa de fiscalizar. Pero, si se llegara a demostrar faltas graves en uno o en todos sus miembros, estos deberán ser sancionados.

Nos indigna la injusticia. ¡Queremos jueces y fiscales probos! ¡Queremos gente que asegure elecciones limpias y transparentes!
El “vizcaviarismo”, naufragando en su desagüe, piensa diferente.
Columnista Expreso
Foto: El Comercio 

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