Los peruanos optan por desconectarse de la ‘realidad’.
Como instrumento para sobrevivir ante escenarios cada vez más adversos y frustrantes, o acaso por la creencia de que sus problemas no se van a resolver nunca, un segmento mayoritario y creciente de peruanos parece estar optando por desenchufarse de la realidad como mecanismo de defensa para surfear entre tanto problema.
El asunto lo planteó en esta página, hace un mes, el psicólogo social Hernán Chaparro a propósito del resultado de una encuesta del IEP que concluía que 15% estaba de acuerdo con la investigación sumaria del congreso a la JNJ —cuya votación se postergó ayer porque aún no tenían los votos para perpetrar su captura—, 19% en contra, y 65% no conocía esa entidad o no había oído de esa iniciativa del parlamento pese a estar en el ojo de la tormenta política.
Otro ejemplo similar en la misma encuesta fue que más de la mitad de los interrogados declaró no saber quién es Nayib Bukele, lo cual llevó a Chaparro a concluir que los peruanos que sí están informados andan polarizados, pero que la mayoría anda desconectada. “Hay una clara relación entre desinformación sobre estos asuntos y el desinterés en la política”, señaló.
Lo que ocurre es que la mayoría de los peruanos ha optado por un desenchufado de ‘la realidad’, pero esa sería una afirmación acaso arbitraria que lleva a preguntarse por cuál es la ‘realidad’ relevante para los ciudadanos.
Y es muy probable que esa ‘realidad’ tenga que ver con sus problemas más cercanos. La encuesta de este mes del IEP pregunta a la gente en qué siente que la situación política del país le afecta más, y la primera respuesta es en la economía (67%) seguida del trabajo (11%), ambas vinculadas a la sobrevivencia de la ciudadanía en un contexto de deterioro de los ingresos y de los empleos. A lo que debe sumarse la preocupación creciente por la inseguridad.
Sin embargo, inseguridad y economía son dos rubros cruciales en los que el Gobierno no está respondiendo adecuadamente y en los que la oposición no dice absolutamente nada relevante. En verdad, en los que no dice nada.
Lo cual perfila un escenario propicio para políticos que sepan enchufarse con la gente para, al menos, darle la ilusión de que algo que sí les interesa puede cambiar para su beneficio.
Columnista de Diario La República
0 Comentarios