Hace 20 días, la Comunidad Campesina de Pillone, en el distrito de Ubinas, provincia General Sánchez Cerro, Moquegua, se encuentra sumida en la oscuridad. No es un corte temporal o falla ocasional, sino una situación prolongada que ha afectado la vida de los comuneros de manera significativa. Es por eso que hoy quiero expresar mi profunda preocupación y solidaridad con esta comunidad que clama por el restablecimiento del suministro de energía eléctrica.
Imaginen vivir en la oscuridad, no solo literalmente, sino en la sombra de la indiferencia. Los comuneros claman a Electrosur, pero sus llamados parecen perderse en un vacío de negligencia. La falta de luz no solo afecta a los artefactos electrodomésticos, sino que sumerge a la comunidad en un abismo de desconexión digital.
Lo que me desconcierta es la sordera de las autoridades locales del distrito de Ubinas. Los campesinos buscan desesperadamente ser escuchados, pero la respuesta de quienes deberían proteger sus derechos es un silencio ensordecedor. ¿Dónde está la voz de la autoridad edil, el subprefecto cuando la población la necesita?
Los más golpeados son los estudiantes, quienes luchan contra la oscuridad para cumplir con sus tareas. Sin acceso a internet, computadoras ni tabletas, su educación está en pausa, atrapados en la carencia de servicios básicos que deberían ser un derecho fundamental.
Pillone parece olvidado, abandonado a su suerte. Las autoridades, con sus gestos protocolares vacíos, demuestran insensibilidad ante el sufrimiento de esta comunidad. ¿Hasta cuándo los que claman en silencio serán ignorados?
Desde mi perspectiva, invito a las autoridades y funcionarios de Moquegua a vivir una semana sin servicios básicos, a entender la realidad que enfrentan los comuneros de Pillone. ¿Cómo reaccionarían si se vieran privados de luz, teléfono e internet? Es hora de empatizar y actuar, porque la luz de la justicia debe brillar para todos, incluso en los rincones olvidados como Pillone.
Foto: Subregión Sánchez Cerro
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