La noticia de que 5,200 laptops adquiridas para los escolares de Moquegua enfrentan problemas de almacenamiento y verificación técnica. No puedo evitar preguntarme, ¿por qué siempre parece que en nuestro país las buenas intenciones se ven opacadas por una ejecución deficiente? La educación es, y siempre ha sido, una de las áreas de prioridad para el desarrollo de cualquier sociedad, y este tipo de incidentes subraya las carencias estructurales y de gestión que nos impiden avanzar.
Vivimos en una era donde la tecnología juega un papel fundamental en la educación. Las laptops no son un lujo; son una necesidad. Permiten a los estudiantes acceder a recursos educativos en línea, desarrollar habilidades digitales y participar en un mundo cada vez más conectado. En teoría, la adquisición de estas 5,200 laptops para Moquegua debería haber sido un gran paso hacia el cierre de la brecha digital y una oportunidad de oro para mejorar la calidad educativa en las tres provincias de la región. Sin embargo, en lugar de ver este proyecto como un avance, lo estamos viendo convertirse en otro ejemplo más de la falta de planificación y control que afecta a tantos proyectos públicos en nuestro país.
La Contraloría, en su labor de supervisión, advirtió sobre los riesgos en el almacenamiento y la verificación técnica de estas laptops. Me pregunto, ¿qué clase de planificación se llevó a cabo para que ahora nos encontremos con estos problemas? Las computadoras portátiles fueron apiladas sin seguir las recomendaciones del fabricante, en espacios que no cumplen con los requisitos básicos de integridad y seguridad. ¿Cómo es posible que un proyecto de esta envergadura, con un impacto tan significativo en la educación de miles de estudiantes, se gestione de manera tan descuidada?
En el informe de Hito de Control N° 9, se mencionan los problemas en el ambiente para revisar las características y propiedades de las computadoras. Si ni siquiera podemos garantizar un entorno adecuado para su revisión y almacenamiento, ¿cómo podemos esperar que estas herramientas tecnológicas lleguen en perfectas condiciones a los estudiantes que las necesitan?
La verificación técnica de los equipos es otro punto que no se puede pasar por alto. En el informe de Hito de Control N° 10, se señala que el servicio contratado por el Gobierno Regional de Moquegua (GRM) para verificar las especificaciones y configuraciones de las laptops se está realizando de manera parcial. Esto incluye la falta de pruebas de funcionalidad de componentes esenciales como la cámara web y el puerto HDMI, además de no haber instalado las últimas versiones de los sistemas operativos ni los programas educativos requeridos.
La omisión de estos detalles es inaceptable. Imaginemos por un momento un escenario en el que, tras la entrega de las laptops a los estudiantes, estas presenten fallas en componentes esenciales. ¿Qué mensaje estamos enviando a los niños y jóvenes sobre la seriedad con la que tomamos su educación? ¿Qué tan comprometidos estamos realmente con brindarles las herramientas que necesitan para tener éxito en un mundo digital?
Otro aspecto que me llamó la atención es el tema de la resistencia al agua de los teclados de las laptops. Según las especificaciones de compra, los teclados debían ser resistentes a derrames de líquidos. Sin embargo, el manual de usuario de las máquinas contiene una advertencia clara de “evite líquidos”. La representante de la marca respondió por correo electrónico que los teclados sí son resistentes, pero no proporcionó la documentación técnica para respaldar su afirmación.
Este no es un detalle menor. Las laptops estarán en manos de estudiantes, y los accidentes ocurren. Si estas computadoras no son realmente resistentes al agua, podrían dañarse fácilmente, lo que resultaría en una pérdida significativa de recursos. Más preocupante aún es la aparente falta de claridad y transparencia en la comunicación entre el proveedor y el GRM. ¿Por qué no se proporcionó la documentación necesaria? ¿Por qué no se tomaron medidas para asegurar que las especificaciones se cumplieran al pie de la letra?
La situación en Moquegua no es un caso aislado; es un reflejo de un problema sistémico en la gestión pública. La falta de planificación adecuada, supervisión y cumplimiento de estándares no solo perjudica la implementación de proyectos tecnológicos, sino que también socava la confianza de la ciudadanía en sus autoridades y en las instituciones encargadas de velar por el bienestar público.
Es fundamental que las autoridades pertinentes asuman su responsabilidad en estos casos. No se trata solo de solucionar los problemas actuales y asegurar que las laptops se entreguen en buen estado; se trata de aprender de estos errores para evitar que se repitan en el futuro. Debe haber un seguimiento más riguroso en la ejecución de proyectos y una mayor transparencia en los procesos de adquisición y control de calidad.
La adquisición de las 5,200 laptops para los estudiantes de Moquegua tenía el potencial de dar un paso significativo hacia la modernización de la educación en la región. Sin embargo, la falta de planificación, supervisión y cumplimiento de estándares ha convertido este proyecto en un ejemplo de lo que no debe hacerse. No podemos permitir que los errores en la gestión de proyectos sigan afectando el futuro de nuestros niños y jóvenes. Es imperativo que las autoridades actúen con responsabilidad, transparencia y compromiso para asegurar que los recursos públicos se utilicen de manera eficiente y en beneficio de quienes más los necesitan.
Este incidente en Moquegua debe servir como una lección. Si queremos avanzar como sociedad, debemos hacer un esfuerzo concertado para mejorar la planificación y ejecución de proyectos públicos. Solo así podremos garantizar que las herramientas destinadas a mejorar la educación realmente lleguen a quienes las necesitan y en las condiciones adecuadas para su uso. La educación es el pilar del desarrollo y el progreso, y no podemos permitirnos seguir perdiendo oportunidades por falta de diligencia y compromiso.
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